domingo, 24 de agosto de 2008

vifaz






El cuerpo es una lengua, tiene texto, es un texto, una forma de escribir, de contar, de hacer poesía.
El cuerpo orgánicamente inspira el aire que le viene de afuera y devuelve procesado lo que en su interior circulo, inflamo, atoro, fluyo para salir por sus huecos, bocas, poros, tacto, voz, mirada, gesto.
El cuerpo se inspira en aquello que le viene del mundo, que toma a través de los sentidos, lo filtra, lo procesa, degusta, huele, recicla en imagen para después exhalar, quizás, otra visión de la misma imagen, un estilo de escritura, manifiesto, ensayo, obra plástica, canción o memoria macerada en los sentidos.
El cuerpo es marca en transito, marca viva.
El cuerpo escribe a ciegas o en vigilia. Sus ojos son a veces oídos, tactos, narices hurgando recuerdos.
El cuerpo abre y cierra, genera la línea y la trama del texto.
El cuerpo es texto, textura y contextura. Es volumen de su letra.
El cuerpo sabe de sabores y de olores, de mezclas y mixturas, de humores y malhumores. Degusta, degluta, implora, explota. Y, cuando acontece, ya esta. Imposible volverse atrás, el cuerpo no se desdice.
Quien escribe con el cuerpo no necesita papeles.

Elsa Scanio

Arteterapia. Por una clínica en zona de arte.